jueves, 19 de mayo de 2016

Hacia el cuestionamiento del discurso. Una pequeña discordia con Leslie Power. No pudimos llegar a consenso.

Parte de la libre expresión, consiste en hacer saber un descontento, pensamiento o sugerencia en torno a una realidad reflejada por un individuo, grupo de personas, institución o sociedad.

Somos capaces de hacer valer nuestra posición frente a alguien que distribuye un discurso de poder, que muchos, seguirán y se sentirán influenciados por palabras de buena fe.

Ante una masa que no pone resistencia a generar un cuestionamiento epistemológico, normalmente sale una excepción a la regla que, combate con las mismas herramientas de poder, para poner en entre dicho, su propuesta teórica. Ojo, no toda la intención teórica debe ser desechada. Hay propuestas muy interesantes, pero hay que complementar y arreglar. Ahí está la clave de dar canales de participación a distintos pensamientos, es decir, es posible llegar a un consenso.

¿Por qué tanta introducción? Hace poco le hice saber a una psicóloga que estaba cometiendo algunos errores en torno a su visión e ideales feministas, esto fue suscitado a partir de una entrevista que le hicieron en el UCV TV, su nombre es Leslie Power.

Leslie Power, psicóloga. Fuente: Revista Viernes del diario La Segunda.
Comencé con unas agrias palabras para probar su tolerancia, eso sí, palabras lejanas al dicterio. Luego seguí con una crítica y propuesta que la ayudara a darles espacios a los hombres en la construcción de crítica hacia el patriarcado, ¿su reacción? 

Texto 1


Texto 2, continuación
En un principio me preguntó si podía compartir mi Inbox, aludiendo que le parecía interesante. Mi respuesta fue positiva, pero pidiendo mi anonimato, dado a que su espacio es público y quería evitarme a los hater y trolls de la Internet (obvio, se lo dije en otras palabras. Los fanboys y fangirls abundan por ésta y muchas plataformas).

¿Su respuesta? Un agradecimiento, sin antes decirme que era un cobarde. 

Mi respuesta y la siguiente respuesta de Leslie. La imagen habla por sí sola

Luego de eso vino 2 grabaciones donde me decía “te estoy diciendo, simplemente, que yo hablo con mi cara, con mi nombre, apellido y mi imagen, y tú me mandaste un speech, escrito, que es realmente una decalificación tremenda hacia mi persona y me permitiste publicarla. Quédate tranquilo que no diré tu nombre, pero me quedó grabado tu nombre” –y continúa diciendo- “¿te pone nervioso que publique tu imagen, la imagen de tu texto?, ¿cuál es tu problema?”.

Molestas y hostil, ante tremendas descalificaciones, me envía dos grabaciones, más una sugerente exposición de mi mensaje (donde ella se compromete a resguarda mi anonimato) y un supuesto nerviosismo y temor de quien les escribe.


Sus dos mensajes que me dejaron perplejos y mis preguntas

Ante esa respuesta, le envié dos recados más: uno aludido a su sensibilidad por nimiedades y un aviso donde le decía que estaría pendiente de su  publicación para identificarme con nombre y apellido, donde iba a colocar el cómo puede ser posible que un psicólogo se enfade por tan poco, además de un sugerente cuestionamiento a su comprensión lectora (hasta los profesionales tenemos ese problema. Quizás la rabia o la catarsis, no nos deja comprender bien).



Mi misiva que anunciaba mi exposición en su muro


Llegó el día siguiente y vi que había publicado un texto sobre el parto natural, lo leí y me pareció interesante, además de estar 100% de acuerdo con dicho escrito. En esa misma publicación que había hecho, le puse lo bonitas que eran sus palabras, pero que no se correlacionaba con su temperamento. Le dije que ella quiere llevar una batuta para un movimiento de reivindicación social, pero a su vez era intolerante a la crítica, citando textualmente, las dos grabaciones que ella me había dejado en mi inbox. Lamentablemente ese mensaje ya no está, fue borrado. Volví a insistir con una segunda publicación donde ella hablaba sobre los mensajes que le habían dejado en su Facebook, destacando la misiva de una señora, religiosa, que en un escaso discurso de capital cultural, le hacía saber un aparente error por lo desorientaba que estaba Leslie por la vida. 



Hubo parte de su público que criticó su actuar, ¿habrá borrado esos comentarios?
No me quiero salir del tema, pero Leslie fue sarcástica en reírse de la señora, pero no tuvo los ovarios de compartir mi epístola. Ella me borró dos comentarios, donde estaba mi nombre y apellido, donde cualquier persona tenía la libertad de contestarme y decirme lo que quiera, donde cualquier fangirls de Leslie Power podía botar su frustración con improperios irreproducibles hacia mi persona… en fin, eso es harina de otro costal.  

A lo que iba, Leslie me bloqueó de su muro. Censuró mis dos comentarios que estaban en sus respectivas publicaciones. Censuró al cobarde que puso en entre dicho su acto discursivo en el canal UCV TV. Hice valer mi libertad de expresión, utilizando cuestionamiento epistemológico a sus ideales y formación feminista que, más bien suena machista. ¿Qué obtuve cómo resultado? Censura y bloqueo de parte de ella, desaparecí del mapa.

Observé cómo se iba desenvolviendo esa red de conocimiento que emanaba de Leslie Power en la entrevista del programa Algo Personal del Pollo Valdivia y me di cuenta de algunos elementos que debían ponerse en orden. Ella influye a un público que, al parecer, la sigue fervientemente. Un público que casi nunca le hace ver sus errores, yo lo hice y al generar una readecuación de esa propuesta teórica, obtuve 2 muy avinagrados mensajes verbales de ella. No llegamos al consenso.

Mi último recado para Leslie Power, te dejé un mensaje en inbox, pero ya no llega, el botón del bloqueo hizo su trabajo.

Leslie, no sabes cuánto lo siento. Intenté enviarte este último comunicado, asumo que el speech te lo tomaste muy a pecho.

Al parecer, cuando tratamos de complementar una teoría, en la búsqueda del cambio estructural de un sistema, es normal recibir uno que otro palo por la vida. Obvio, tratamos de poner en duda una tesis, y esta tesis, lucha por su permanencia y perpetuidad. ¿Cómo es posible llegar a un consenso en un escenario tan adverso como este?. Lo digo en términos generales, esto no sólo aplica a Leslie Power.

domingo, 20 de abril de 2008

Solo recuerda el pasado

En el pasado, hace 34 años, tú no nacías, pero tus padres tenían tu edad. Hace 34 años, los derechos de la libertad política se acabaron. Hace 34 años, a tus padres se les quitó el derecho a la democracia y hace 34 años que la libertad social se acabó. Pasaron los años. El pasado se teñía de sangre y dolor ajeno. La pena y la melancolía no se comparaban con la desesperación y el llanto de una mujer sin marido y sin hijos. Lucifer, vestido de soldado, inyectó su breve, pero mortal dosis neoliberal. El resultado y las consecuencias siguen a la vista de muchos: el cerdo come hasta reventar y el kiltro famélico sólo mira hacia la cota mil, esperando su escaso chorreo monetario de alimento (mil perdones a las provincias que alimentan una capital mórbida por el consumo). 

 Hace 27 años atrás, empezó a brillar una pequeña luz, la gente quería retirar a Lucifer vestido de soldado y con piernas de cerdo. Tus padres allí estuvieron, pues finalmente consiguieron el derecho de tu libertad y democracia. Tu derecho a decir sí o no; ¿pero tú que has hecho con todo eso? Tu libertad es libertinaje, tu democracia es sólo el sufragio. Hablas orgullosamente de tu generación, porque tus padres soltaron al perro que hay en ti, ese que se mata con las herramientas del cerdo empresarial, mal llamado emprendedor. Te callan la boca con el veneno de la cebada y otras huevadas más, hasta dejar tu cuerpo como una piltrafa. 

 Jaimito Guzmán, lo hiciste tan bien, no sabes cuánto te odio, pero más odio al FPMR, porque te transformó en un mártir. Ya casi eres una figurita santa de $500 para esa “centro derecha popular”. Jaime, eres un mártir austrolibertario, quemándose en el infierno 

 ¿Por qué no hay cambios? Una generación perdida en un nihilismo llamado indiferencia, ahí está la respuesta. Se generó una casa, con una familia aislada, donde cada uno piensa por sí mismo. Es la ley del más fuerte, llamada higiénicamente como Libertad de Iniciativas. 

Puta vida, puto Chile y puto futuro.